Insatisfacción (¿Propia?)

Es bastante frecuente encontrarse en la consulta con personas que a pesar de tener resueltas sus necesidades más básicas, aquellas que integran los primeros cuatro niveles de la tan conocida base de la pirámide de Maslow, tengan sin embargo una casi permanente sensación de desasosiego. De tristeza. De frustración.

No encuentran la razón de esta insatisfacción y a menudo esta sensación es la puerta de entrada a una vida algo insulsa, deshabrida, gris. Una vida que no pueden explicar desde la razón pero que claramente no satisface SUS necesidades básicas.

Así, se replantean su estilo de vida, sus creencias, sus convicciones, sus mandatos. Evalúan sus logros con la lupa del Deber Ser. Con la mirada cargada de miradas ajenas. A menudo se pierden en los imbricados senderos de la Filosofía, de la Religión, del Destino. Responsabilizan de sus tribulaciones a alguna falla en su universo personal. Se castigan y se perdonan sin solución de continuidad en un sube y baja espasmódico que solo potencia sus sensaciones de insatisfacción hasta el punto de descreer de todo (incluyéndose a sí mismos) a pesar de necesitar con urgencia creer en algo o el alguien.

No está mal recurrir al conocimiento del Hombre y sus circunstancias para acercarse al autoconocimiento. Sin embargo suele ser un camino que no es necesariamente sencillo ni de resultados inmediatos. Por el contrario el camino filosófico suele ser confuso y a menudo laberíntico ya que la Filosofía no se caracteriza por sus respuestas. La Filosofía principalmente pregunta. Siempre desprende otra duda sobre la anterior. La Filosofía pregunta y somos nosotros los que respondemos.

De tal modo que el primer paso para aspirar a tener buenas respuestas es realizar mejores preguntas.

Para eso es preciso ser honestos y desprenderse sin temor de las preguntas recurrentes y articuladas desde lo que puede llamarse un Pensamiento Circular. Hay que animarse a preguntas nuevas. Más sencillas y posibles de responder. Una buena manera de empezar con esto es realizarse las preguntas y animarse a VER las respuestas con ojos propios. Sin mediación de mandatos, miradas ajenas, educaciones encorsetadas ni ansias prestadas. Sacarse el miedo de pensarse a sí mismos con prescindencia de lo que esperan los demás. Solo dedicados a pensar en aquello que verdaderamente nos satisface, nos equilibra. Nos conmueve. Nos ilumina de alguna manera.

Desde la Consultoría Psicológica, mi tarea es acompañar ese proceso de búsqueda con intervenciones que ayuden a realizar preguntas que salgan del círculo vicioso del pensamiento circular para integrarse al círculo virtuoso de la Satisfacción Personal.

Deja un comentario